137 AÑOS DE SUFRIMIENTO Y DE TRAICIÓN A LA PATRIA
Fuerza es adjetivar fuertemente el robo de un gran territorio con
toda su enorme riqueza natural; que además, dejó inerme a Bolivia, la víctima,
prisionera y alejada de su fuente matriz, el mar Pacífico.
1879. Chile ya independiente, tenía al sur la gran
nación indígena ajena a sus intereses de expansión, los araucanos originarios,
entre los océanos y a ambos lados de la cordillera, que era preciso aniquilar. Al norte, su límite era el Paposo.
Más allá el gran desierto de Atacama donde se descubrió una ingente riqueza
tentadora de guano, salitre en el Litoral y cobre en Caracoles boliviano.
El acto delincuencial fue preparado por su gobierno cuarenta
años bajo la tesis de la expansión necesaria, tesis geopolítica de Diego
Portales para prever solución a la amenaza de inanición por caquexia orgánica. Se
armó fuertemente para la conquista de territorios aledaños, de Bolivia primero,
luego Tarapacá del Perú. No necesitó pedir la venia del pueblo y actúa en guerra
no declarada. El pueblo chileno reclamó a u tiempo.
Una maniobra comercial sirvió de pretexto. Bolivia concedió
adjudicación de salitreras a un civil oriundo de Chile José Santos Ossa, dicho
empresario trasmitió sus derechos a la Casa inglesa de Milbourne Clark y Cia,
la que a su vez los traspasó a una sociedad anónima intitulada “Compañía de
Salitres y Ferrocarril” con capitales accionarios de numerosos extranjeros y
chilenos. Los bolivianos de entonces se preguntaron: ¿En virtud de qué pacto el
gobierno chileno protege a dicha empresa comercial para romper lanzas? En 1879,
Bolivia no alcanzaba la cifra de los 2 millones de habitantes y el gobierno,
ocupado en la toma y el manejo del poder, actuó con irresponsabilidad absoluta.
Semejante experiencia pudo servir ahora a la
Cancillería con el tema Silala. Los Tiempos (24 marzo) señala que Antonio
Aranibar Quiroga (1993-97) confirmó que el Silala no es un río y menos uno
internacional de curso superficial. Se trata de manantiales que nacen en
múltiples ojos de agua en territorio boliviano. Pero, ATENCIÓN: “el canciller Choquehuanca quebró la línea
construida por Aranibar en forma definitiva porque incorporó un tema comercial en la Agenda de los 13
puntos como asunto de Estado”. Y lo más delicado, otorgó derecho propietario a
Chile en un 50%, desconociendo todo lo obrado por Aranibar y posteriores
cancilleres” - yo sostengo además – que aprobó
y firmó un documento llamado “Pre-acuerdo del Silala” cuyo contenido es una
grave traición a la patria.
Muchas traiciones nacionales se adicionaron a la nefasta
historia de la conquista chilena: La V
División en Cotagaita al mando de Campero. La propuesta de las Bases Chilenas de
Alianza contra Perú procesadas por René
Moreno. El complot de Campero-Camacho-Arce contra el presidente Daza. El golpe
de Estado fraguado por los nombrados, agentes de la Logia Valparaíso. El
alzamiento de un regimiento en Viacha. Los errores tácticos en Tacna por
Campero y Camacho. El Tratado de Paz de 1895 por los políticos conservadores
del gobierno de Baptista. El asesinato de Daza en Uyuni durante ese gobierno. El
Tratado de 1904 aprobado por los liberales
de Montes. En el año 2009, el Borrador
del Silala con la firma del vicecanciller H- Fernández y la aquiescencia del
canciller actual. La exclusión del ex Presidente Carlos D Mesa difusor del Mar
de Bolivia con soberanía ante La Haya, puede ser también, a posteriori, así
calificado.
Esperemos
mejores días para la patria.
Gastón Cornejo Bascopé
Presidente de la Sociedad de Geografía e
Historia Cochabamba.
Marzo 2016