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domingo, 25 de diciembre de 2016

Carlos Mesa se refiere a dos autores Agramont y Perez quienes han producido un libro "UN PAIS PRIVADO DE LITORAL" sobre cuestiones medulares, los costos de la mediterraneidad, la depenfe del Pacífico, la realidad diaria y el régimen de libre tránsito asociados a las élites chilenas.

Mediterraneidad, una mirada científica

La aproximación sistemática y consistente en el ámbito de las ciencias sociales que hacen Agramont y Peres refuerza el aserto de que, en el contexto de la realidad existente en Chile y de sus intereses políticos, económicos y empresariales, es más que evidente que es imposible proyectar un futuro razonable para aplicar el libre tránsito a plenitud
Con el título Bolivia: Un País Privado de Litoral, Daniel Agramont Lechín y José Peres Cajías presentan un libro esclarecedor sobre uno de los aspectos cruciales de nuestra demanda marítima, pues responden con meridiana claridad a la pregunta reiterada hasta el cansancio por Chile y también por importantes sectores de la comunidad internacional: ¿Por qué quiere Bolivia un acceso soberano al mar?

El trabajo contempla cuatro cuestiones medulares: los costos económicos de la mediterraneidad, la dependencia boliviana del Océano Pacífico, la realidad diaria de la mediterraneidad y el régimen de libre tránsito asociado a las élites económicas chilenas.

La primera conclusión, ya establecida en  El Libro Azul y El Libro del Mar, pero respaldada por nuevos datos es que todos los estudios serios apuntan a que el enclaustramiento representa para los países sin litoral una pérdida de entre 1,2 por ciento y 1,5 por ciento de crecimiento del PIB. Pero algo más, genera un efecto negativo directo sobre el desarrollo y sobre la integración con un impacto de un 20 por ciento en el desarrollo global en comparación a los países con litoral. Definitivamente, en este ámbito, los costos de transporte son los más determinantes en los efectos negativos que sufren 36 países mediterráneos en el mundo, 31 de ellos de ingresos medios o bajos, con el añadido de que Bolivia es el único de todos ellos que nació a la vida independiente con acceso soberano al mar.

Los autores subrayan una evidencia crucial. A pesar de los esfuerzos por volcar parte de nuestro comercio internacional al Atlántico, históricamente la vocación del país es la de la Cuenca del Pacífico desde que en el siglo XVI nos integramos a la economía mundial bajo el dominio del imperio español, en particular con las exportaciones de la plata potosina. Hasta el boom gasífero, nuestras exportaciones se han movido dominantemente por el Pacífico, llegando en algún momento de la historia a representar el 85 por ciento del total.

En 2015, el 98 por ciento de las exportaciones agrícolas, el 100 por ciento de los hidrocarburos (excepto obviamente las bilaterales a Brasil y Argentina), el 99 por ciento de la minería y el 78 por ciento de las manufacturas, pasó por Chile. En cuanto a nuestras importaciones, el 83 por ciento del total pasó por Chile.

En el vía crucis cotidiano del uso que hacemos del “libre tránsito”, el libro revela un dato estremecedor, Chile representa el 46 por ciento del total de días de huelgas portuarias  de entre 12 países latinoamericanos sumados. A esto hay que añadir el mal estado del tramo chileno de la carretera Arica-Bolivia, la inutilidad del ferrocarril Arica-La Paz que no funciona y que para hacerlo adecuadamente requiere de un completo rediseño, la deficiente infraestructura de los puertos de Arica y Antofagasta y el perjuicio adicional de la privatización de los puertos y la obligación (ilegal) de Bolivia de tener que negociar con autoridades privadas de los mismos. Añadamos, para tener el cuadro completo, la burocracia desmesurada y los costos y tiempos que demoran el tránsito de nuestros productos.

Pero quizás el capítulo más interesante de este notable trabajo es el último. Se trata de poner en evidencia la importante incidencia en la economía chilena de élites económicas muy poderosas. Baste citar que sólo las ocho principales fortunas individuales de ese país (entre las que está la del expresidente Piñera) suman 25.000 millones de dólares (el 10 por ciento de su PIB nacional). Tres grupos de poder controlan la actividad portuaria chilena: el Grupo Luksic (familia descendiente de Eduardo Abaroa, que era propietaria de la red Andina hasta hace poco) con participación en operaciones portuarias en Arica, Iquique y Antofagasta; el Grupo Urenda vinculado a las terminales portuarias de Arica, Iquique y Antofagasta, y el Grupo Von Appen operador privado en Arica, Iquique y Antofasta. No es ocioso recordar que los tres puertos mencionados dependen de modo determinante del comercio con Bolivia y que el actual estado de cosas es el mejor escenario para estos holdings empresariales.

La aproximación sistemática y consistente en el ámbito de las ciencias sociales que hacen Agramont y Peres refuerza el aserto de que, en el contexto de la realidad existente en Chile y de sus intereses políticos, económicos y empresariales, es más que evidente que es imposible proyectar un futuro razonable para aplicar el libre tránsito a plenitud y que, aún en la más que improbable posibilidad de que se consiguiera, es la mediterraneidad la que define estructuralmente costos que sólo pueden resolverse a través de un acceso soberano al Océano Pacífico. 

El autor fue presidente de la República.

jueves, 1 de diciembre de 2016

pobre Eduardo Rodríguez si bien reside en La Haya donde además de Embajador es el más alto representante en el tema de EL MAR, tiene que volar donde lo llamen, el Procurador Arce lo cita en Milán, el Vice Garc+ia en Nueva York. no sería mejor que los funcionarios se trasladasen a La Haya para tratar con Rodríguez<+

El próximo 21 de marzo, el país deberá presentar ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) una réplica a la respuesta chilena en el proceso incoado para que se obligue al país vecino a negociar de buena fe una salida soberana al Pacífico. Dirige la elaboración del documento el expresidente Eduardo Rodríguez.

Dada la importancia del tema, ha sido acertada la decisión de nuestras más importantes autoridades de interrumpir su tarea de buscar a tiempo completo la manera de violar la Constitución Política del Estado y el referendo constitucional de 21 de febrero de 2016 para viabilizar una cuarta postulación de los primeros mandatarios, y dedicar un espacio de su agenda a conocer cómo se está desarrollando ese trabajo. Pero, lo han hecho de una manera complicada.

Primero, el Canciller y el Procurador del Estado se han trasladado a Milán, Italia, donde han convocado al exmandatario, que tiene su sede en el Reino de los Países Bajos (donde también cumple las funciones de embajador). Luego, el turno de ser informado le tocó al Vicepresidente del Estado, quien convocó a Rodríguez a Nueva York para el efecto, con un agregado: analizar el estado de las relaciones con Holanda. Para más complicación, el Vicepresidente se ausentó del país al mismo tiempo que lo hizo el Primer Mandatario, por lo que la Presidencia del Estado quedó en manos del presidente de la Cámara de Senadores, en un tiempo de emergencia nacional por la sequía.

¿No será posible que los dignatarios se organicen mejor? Por ejemplo, convocar al delegado al país (se requeriría un sólo pasaje) para que preste el informe requerido en vez de que los tres dignatarios mencionados viajen a La Haya. Con organización su labor administrativa sería más eficiente y barata…

lunes, 25 de julio de 2016

entre otros el autor que publica en LTD, se refiere a mi amigo "Pedro Telmo autor de yo quiero un mar...un mar azul", en efecto chileno de origen, blancón, muy educado, siempre bien puesto vivió mucho en LP amancebao con la propietaria del hotelito en que vivía...compuso "Virgencita India de Copacabana" con tanto éxito como la primera. Echalar se refiere a los desaforados de Choquehuanca...que quiere hacer cantar y no lo logra...

No me llevo bien con los himnos, sobretodo los marciales, principalmente porque son parte de un paquete que tiene que ver con esa historia tan llena de sangre que ha sido el devenir humano. Tampoco me gustan porque, en general, tienen letras que de tan patrióticas llegan a ser obscenas, o son simplemente absurdas. El único himno que me gusta es el de la Unión Europea, que yo conocí mucho antes de ser convertido en himno, y que en forma desorejada lo canté en mi niñez.
Hace un par de años, en una recepción en una legación europea paceña, luego de que se tocara ese himno, nuestro Canciller, a capela, se despachó unas estrofas del “Condor pasa”. Trató, sin éxito, que la concurrencia lo siguiera alentando a la gente con sus brazos casi aleteando, pero no recibió mucho más que una sonrisa entre irónica y diplomática. Hizo esto previa introducción diciendo que esa canción era la novena sinfonía andina, triste comparación.
Ese episodio, que no llegó a ser bochornoso, pero que tuvo un carácter casi buñueliano, me volvió a la mente gracias a la performance de Antofagasta.
Si el coro que acompañó a su excelencia hubiera entonado: “Yo quiero un Mar para Bolivia” del autor chileno Pedro Telmo Caicano, el gesto hubiera tenido un algo muy especial, la canción es bonita, es acorde con la demanda boliviana, y fue compuesta por un chileno que, dice al menos la leyenda, hubiera perdido su nacionalidad debido a esa canción, (hubo tiempos en que las canciones eran tomadas más en serio, algo que, por suerte para nosotros, ya pasó).
Estando en el Atacama, cantar el himno a Abaroa, nuestro héroe aquilino, tan honrado también en Chile al extremo de que se han inventado una casa que Abaroa hubiera tenido en Calama, hubiera tenido también un gran sentido.
La canción de la Fuerza Naval, que clama por los territorios perdidos y augura un retorno de estos al seno de la patria, tiene una serie de problemas. Para empezar, dudo que la gente de Antofagasta, Tocopilla o Taltal se sientan identificados con tal anhelo, un buen ejemplo es la expresiva alcaldesa de Antofagasta, aunque posiblemente ella no sería vista en Santiago como una auténtica chilena, la confundirían con peruana o boliviana, transpira nacionalismo y del peor.
Hay más. Es una canción militar, y no habla de nostalgia, sino de volver a esas costas. Es un mensaje agresivo, un mensaje que no condice con nuestra constitución, que como diría el presidente Evo, es pacifista. De hecho, que sea cantada por altas autoridades bolivianas puede darles la razón a los chilenos ante La Haya en el sentido de que ellos dicen que lo que Bolivia quiere es una revisión del tratado de 1904.
Me pregunto: ¿por qué escoger precisamente esa canción? Parece una mera provocación. Bueno, como lo parece todo el viaje que hizo esa  comitiva de altísimo rango pero de deficiente nivel.
El Canciller tiene derecho a ejercitar el canto. La vida es mejor cuando se canta: Me lo imagino muy bien en el papel de Sancho en El hombre de la Mancha, e imagino a la presidenta de diputados también perfecta como una Dulcinea. El resto de la comitiva que los acompañó a Chile podría, sin el menor esfuerzo, ser el coro de los habitantes de las mazmorras de la inquisición. Si hubieran cantado en Antofagasta, “Soñar,  el  sueño imposible…”, la hermosa canción central de ese musical, el efecto hubiera sido maravilloso.
Mientras tanto, lo ideal sería que alguien tome muy en serio, con paños fríos y sin aspavientos, la problemática alrededor del puerto de Arica. Ese puerto que nunca perteneció a Bolivia y que siempre fue paradójicamente su más importante puerto. Estoy seguro de que ambas partes, Chile y Bolivia, el puerto y los usuarios, deben escucharse y estoy seguro de que las cosas pueden mejorar. Ante todo, porque a ambos les conviene.

El autor es operador de turismo.

miércoles, 6 de abril de 2016

en efecto Luis Fernando Prado tiene plena razón. desesperado Evo es capaz de lanzarnos a una aventura contra Chile, ya que no atina el Presidente a salir del pozo sin fondo en que se metió con lo de la Zapata y el hijo de ambos.

Luis Fernando Prado G


Cualquier cosa es posible con tal de forzar la reelección
Esta para mi es la noticia más importante que está pasando inadvertida, en su desesperación El presidente es capaz de declarar la guerra a Chile para subir su popularidad en las encuestas y de esa manera por emergencia nacional, suspendería las elecciones.
"Las Fuerzas Armadas con sus mejores profesionales militares, hermanos militares, que conocen sobre el Silala se van a plegar a la comisión de esta gestión del Gobierno nacional para sentar soberanía en las aguas del Silala", aseveró el primer mandatario.
Esto no es solo para distraer a la opinión pública, esta es su salida para no tener que entregar el gobierno al final de su mandato; las consecuencias, de esto serían terribles para el país, económicamente y socialmente.

sábado, 2 de abril de 2016

Gastón Cornejo cita al estadista Antonio Araníbar que estudio a fondo el tema del Silala y posee los elementos para juzgar el tema desde la perspectiva política, histórica y diplomática. Gastos se refiere a la fallida interpelación al Canciller Choquehuanca


137 AÑOS DE SUFRIMIENTO Y DE TRAICIÓN  A LA PATRIA

Fuerza es adjetivar  fuertemente el robo de un gran territorio con toda su enorme riqueza natural; que además, dejó inerme a Bolivia, la víctima, prisionera y alejada de su fuente matriz, el mar Pacífico.
1879. Chile ya independiente, tenía al sur la gran nación indígena ajena a sus intereses de expansión, los araucanos originarios, entre los océanos y a ambos lados de la cordillera, que           era preciso aniquilar. Al norte, su límite era el Paposo. Más allá el gran desierto de Atacama donde se descubrió una ingente riqueza tentadora de guano, salitre en el Litoral y cobre en Caracoles boliviano.
El acto delincuencial fue preparado por su gobierno cuarenta años bajo la tesis de la expansión necesaria, tesis geopolítica de Diego Portales para prever solución a la amenaza de inanición por caquexia orgánica. Se armó fuertemente para la conquista de territorios aledaños, de Bolivia primero, luego Tarapacá del Perú. No necesitó pedir la venia del pueblo y actúa en guerra no declarada. El pueblo chileno reclamó a u tiempo.
Una maniobra comercial sirvió de pretexto. Bolivia concedió adjudicación de salitreras a un civil oriundo de Chile José Santos Ossa, dicho empresario trasmitió sus derechos a la Casa inglesa de Milbourne Clark y Cia, la que a su vez los traspasó a una sociedad anónima intitulada “Compañía de Salitres y Ferrocarril” con capitales accionarios de numerosos extranjeros y chilenos. Los bolivianos de entonces se preguntaron: ¿En virtud de qué pacto el gobierno chileno protege a dicha empresa comercial para romper lanzas? En 1879, Bolivia no alcanzaba la cifra de los 2 millones de habitantes y el gobierno, ocupado en la toma y el manejo del poder, actuó con irresponsabilidad absoluta.
Semejante experiencia pudo servir ahora a la Cancillería con el tema Silala. Los Tiempos (24 marzo) señala que Antonio Aranibar Quiroga (1993-97) confirmó que el Silala no es un río y menos uno internacional de curso superficial. Se trata de manantiales que nacen en múltiples ojos de agua en territorio boliviano. Pero, ATENCIÓN: “el  canciller Choquehuanca quebró la línea construida por Aranibar en forma definitiva porque incorporó  un tema comercial en la Agenda de los 13 puntos como asunto de Estado”. Y lo más delicado, otorgó derecho propietario a Chile en un 50%, desconociendo todo lo obrado por Aranibar y posteriores cancilleres”  - yo sostengo además – que aprobó y firmó un documento llamado “Pre-acuerdo del Silala” cuyo contenido es una grave traición a la patria.
Muchas traiciones nacionales se adicionaron a la nefasta historia de la conquista chilena: La V División en Cotagaita al mando de Campero. La propuesta de las Bases Chilenas de Alianza contra  Perú procesadas por René Moreno. El complot de Campero-Camacho-Arce contra el presidente Daza. El golpe de Estado fraguado por los nombrados, agentes de la Logia Valparaíso. El alzamiento de un regimiento en Viacha. Los errores tácticos en Tacna por Campero y Camacho. El Tratado de Paz de 1895 por los políticos conservadores del gobierno de Baptista. El asesinato de Daza en Uyuni durante ese gobierno. El Tratado de 1904 aprobado  por los liberales de Montes. En el año 2009, el  Borrador del Silala con la firma del vicecanciller H- Fernández y la aquiescencia del canciller actual. La exclusión del ex Presidente Carlos D Mesa difusor del Mar de Bolivia con soberanía ante La Haya, puede ser también, a posteriori, así calificado.
Esperemos mejores días para la patria.

Gastón Cornejo Bascopé
Presidente de la Sociedad de Geografía e Historia Cochabamba.
Marzo 2016




miércoles, 23 de marzo de 2016

tanto Carlos Mesa como Eduardo Rodríguez han reiterado su vocación patriótica de trabajar por la Reivindicación Marítima renovando su compromiso hasta alcanzar un acceso soberano al Océano Pacífico.

Los expresidentes de Bolivia, Carlos Mesa y Eduardo Rodríguez Vletzé,usaron sus cuentas en redes sociales para escribir mensajes en este Día del Mar. Ambos optaron por la cautela antes que el optimismo, ratificando la solidez de la causa nacional. 



"Los mares: patrimonio común de la humanidad, la solución pacífica de conflictos el gran desafío", comentó en Twitter el agente boliviano ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, cargo que desempeña desde 2013. 

Conoce más: 11 hitos que marcan la causa marítima de Bolivia


El vocero, sostuvo que "en el día del mar, nuestro compromiso renovado. Mientras Bolivia exista no cejaremos hasta contar con un acceso soberano en el Pacífico". No estuvo presente en los actos oficiales en plaza Abaroa en La Paz. 

Ambos exmandatarios ahondan en conceptos como la búsqueda de una solución pacífica al diferendo con Chile y el compromiso que debe existir ante la causa que une a todos los bolivianos. Hoy el país hizo un nuevo llamado al diálogo. 

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Veltzé participó hasta hace algunos días en intensas reuniones jurídicas para definir las estrategias de Bolivia frente a la contramemoria que Chile presentará, mientras que Mesa estuvo en el centro de la polémica por las críticas del Gobierno a algunas posturas políticas. 

viernes, 19 de febrero de 2016

Lucho de la Reza reclama por la presencia de Carlos Mesa en la reunión de juristas de La Haya sobre el tema marítimo, lo excluyó Evo, aunque De La Reza la consideró "innecesaria, prematura, de carácter conjetural e imaginativo sobre lo que Chile dirá cuando presente su contraalegato". el editor diría "qué manera de malgastar dinero y tiempo" aunque se puede anadir que ha sido por propaganda masista antes del 21F, lo que no dice el internacionalista.

Disputando lugar en los órganos de prensa a las novedades relativas a la candorosa ingenuidad de dirigentes campesinos y autoridades del Fondioc, así como del “atentado periodístico” perpetrado contra una alta ejecutiva de Camce, aparece una nota haciendo conocer la decisión del Gobierno de Evo Morales para no incluir a Carlos Mesa en las reuniones del equipo jurídico nacional e internacional que lleva adelante el litigio promovido por Bolivia contra Chile ante la CIJ de La Haya.
Como es habitual, cada declaración gubernamental de importancia es inmediatamente seguida de una explicación o justificación de la misma, que resulta de máxima urgencia en el presente caso, por cuanto se trata de la sorpresiva exclusión a participar en las sesiones, del personaje más conocido y respetado en el ámbito de nuestro diferendo con La Moneda.
La razón oficialmente presentada, es que “la  reunión con los asesores tiene carácter exclusivamente jurídico y técnico, lo que elimina la necesidad de contar con la presencia de Mesa en el análisis y discusión  de temas extraños a su conocimiento y experiencia”.
¡¡¡El bocado resulta muy difícil de tragar!!! Evidentemente Carlos Mesa no es abogado y es igualmente cierto que la misión que le fue encomendada se circunscribía al terreno mediático, diplomático e histórico de nuestra querella con Chile, habiéndose desempeñado en esos campos con la solidez, claridad, orden y elegancia que ni el más desaforado de sus detractores (que  actualmente son varios) osaría poner en duda.
Pero además, Mesa demostró ante un canal de televisión de Santiago, una completa y cabal visión del conjunto jurídico sustantivo y procesal del fundamento doctrinal y analítico de la resolución con que la Corte rechazó la excepción de “falta de competencia” opuesta por Chile, demostrando con ello que habría estado muy lejos de ser “un convidado de piedra” en el cónclave exclusivamente abogadil a realizarse  estos días en La Paz.
Una vez más, celos mezquinos y rencores personales, pueden empañar el brillo que hasta ahora ha acompañado a la campaña boliviana, siendo difícil calcular el beneficio que nuestro adversario del Mapocho logre obtener de este intento de desaire, que por supuesto dudamos mucho pueda alcanzar a Mesa.
Para justificar el encabezamiento de este artículo, corresponde destacar que la “reunión de juristas” –a la que no fue convocado Carlos Mesa– resulta prematura y por consiguiente innecesaria, ya que su objeto, según dice la prensa, “es concentrarse en la contramemoria que debe presentar Chile hasta el 26 de julio de este año”.  Como aún nos hallamos lejos de esa fecha y por supuesto Chile no ha entregado todavía el documento que “nuestros  juristas” se preparan a analizar y discutir, la reunión no podrá tener sino carácter conjetural e imaginativo sobre lo que Chile podrá decir como respuesta de fondo a la memoria de Bolivia.  El agente de Bolivia ante la Corte de La Haya expresó este mismo pensamiento, cuando anunció que nuestro país tiene que esperar la presentación de la contramemoria chilena  ante la Corte Internacional de Justicia, antes de tomar ninguna acción en el proceso.
Un último aspecto al que juzgamos necesario referirnos, es que en el grupo de “juristas” nacionales reunidos en La Paz, figuran muy importantes personajes políticos, entre los que varios no son abogados… Dejamos a la acuciosidad del lector la labor de identificación personal de estos destacados ciudadanos.
El autor es abogado.

sábado, 13 de febrero de 2016

con vigor Los Tiempos se ocupa de la actitud del Jefe del Estado que "deja fuera al vocero de la causa marítima Carlos Mesa" cuando dos abogados contratados por el Estado llegan a Bolivia. "se trata de un desaire que Mesa responde con nobleza" se minimiza su aporte, es represalia por el desacuerdo con Evo en torno a la CPE, Evo utiliza el mar para sus fines, posición errada que favorece a Chile, puede provocar frustración.

La magnitud que tiene el proceso ante La Haya obliga a que el Presidente del Estado reponga su acertada decisión de no mezclar mar con política interna, y reincluya, como corresponde, al vocero oficial en el equipo
La correcta decisión presidencial de no mezclar el tema de la estrategia marítima del Gobierno, cuyo instrumento fundamental es la demanda presentada ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en contra de Chile, con la política sectaria doméstica y que ha  generado un contundente apoyo de la ciudadanía, ha sufrido un peligroso traspié.
Se trata del desaire que han dado el Presidente del Estado y el Ministro de Relaciones Exteriores (que constitucionalmente dirigen la política exterior del país) al vocero oficial de la comisión responsable de llevar adelante el proceso ante La Haya, el expresidente Carlos Mesa --y que en tal papel cumplió una de las actividades que dio mucho rédito político y mediático, tanto interna como internacionalmente, a la estrategia nacional--, al excluirlo de la reunión de los miembros (nacionales y extranjeros) de la comisión que se realizó en Santa Cruz y minimizar su aporte.  
Como es posible inferir, esa actitud sería una especie de represalia por la declaración que hizo el exmandatario expresando su desacuerdo con la propuesta de modificar la Constitución Política del Estado para permitir un nueva reelección continua de los actuales mandatarios y, secundariamente, sostener que hubo decisiones políticas adoptadas antes del arribo al poder del actual mandatario que viabilizaron el proceso que éste dirige desde 2006. Es decir, y más allá de las explicaciones oficiales, el Primer Mandatario ha caído lamentablemente en la tentación de utilizar la estrategia marítima en función de sus intereses político-sectarios, actitud que, hay que señalar, muchos de sus colaboradores le sugerían desde hace algún tiempo.
Se trata sin duda de una posición errada. De hecho, una noticia de esta naturaleza será muy bien recibida por las autoridades que dirigen la política internacional chilena, que no salen de su asombro  por el respaldo que ha tenido la estrategia marítima por parte de la población y, especialmente, de los diferentes líderes políticos que, con muy pocas excepciones (coincidentemente, registradas en tiempos de campaña electoral), decidieron apoyar al Gobierno en este específico punto, consenso que no se produjo en la larga historia de negociaciones entre ambos países. Es más, ese casi unánime apoyo es un factor que ha legitimado nuestra demanda.
Adicionalmente, las autoridades de gobierno deberían percibir que mantenerse en un error como el cometido en el sensible tema de nuestra política marítima puede provocar profundos sentimientos de frustración en la gente que, como sucedió en el pasado, abonan a un paulatino proceso de deslegitimación.
Por eso, la magnitud que tiene el proceso ante La Haya obliga, por un lado, a que el Presidente del Estado –evidentemente agobiado por una serie de denuncias que no han recibido una adecuada explicación por parte del oficialismo—reponga su acertada decisión de no mezclar mar con política interna y reincluya, como corresponde, al vocero oficial en la Comisión, y, por el otro, si eso ocurriere, que éste, en la medida en que el proceso en La Haya trasciende los meandros de la política interna, siga aportando como lo ha hecho hasta ahora. Aún hay tiempo para ello.

martes, 19 de enero de 2016

armado de paciencia y reciedumbre, Carlos Mesa en menos de una semana por la tercera vez sale a la palestra para aclarle a Evo que no es manipulado por nadie, que siempre ha sido libre de expresar sus ideas. en tono conciliador le dice al Presidente que las diferencias de opinión deben debatirse. retirará Evo lo dicho o se ratificará?

El expresidente y vocero de la causa marítima Carlos Mesa publicó un mensaje en su blog en el que rechazó las opiniones del jefe de Estado, Evo Morales, quien lo sindicó de ser "dirigido" por el exministro Carlos Sánchez Berzaín desde EEUU.
"El presidente Evo Morales ha hecho una referencia personal sobre mí que no paso por alto. Dice que no puede entender que yo esté dirigido por un exministro desde el exterior. Tengo el mayor respeto por el Presidente y por su investidura, y es precisamente por ese respeto que me veo obligado a dejar este tema en claro", afirma el mensaje de Mesa.
El exmandatario agrega: "No estoy en la actividad político partidaria, no soy parte de la oposición organizada, pero sí soy un ciudadano con pensamiento propio. No necesito la dirección, ni el impulso de nadie para asumir mis ideas y defender mis convicciones, como lo he hecho durante toda mi vida".
Ayer por la noche, en el programa de TV UNO Decide, el presidente Morales dijo: "No puedo creer que un expresidente, un exvicepresidente, un hombre inteligente, esté con Sánchez Berzaín, eso me preocupa, cómo hombres inteligentes pueden estar dirigidos por Sánchez Berzaín desde EEUU, no lo puedo entender".
En las últimas semanas se han producido diversos ataques contra Mesa vertidos por distintas autoridades. Se pronunciaron de manera crítica el Presidente, el Vicepresidente Álvaro García Linera, el ministro del Trabajo, Gonzalo Trigoso y otros. Trigoso incluso dijo que Mesa podía enfrentar un Juicio de Responsabilidades por un evento de represión contra jubilados cuando era Presidente interino en 2002. El Ministerio de Gobierno desautorizó a Trigoso por ese anuncio.
La declaración de Morales llamó la atención aún más si se considera que Mesa y Sánchez Berzaín tienen una relación muy tirante, de acusaciones mutuas, muchas de ellas públicas. Sánchez Berzaín ha calificado a Mesa como un "vendido" al gobierno del MAS.
En su mensaje, el exmandatario concluye señalando que confía "en que en un espíritu plural sea posible que las diferencias legítimas sobre nuestro presente y nuestro futuro se debatan en un ámbito respetuoso, en el que la única fuerza utilizada sea la de las ideas y los argumentos".

viernes, 15 de enero de 2016

Evo juega con fuego. no le cuadra que Mesa apoye la causa del MAR y no apoye al MAS. no atina a desprestigiar al ex.presidente y las críticas crecen cada dia, al punto que podría "renunciarlo a la vocería internacional" lo que sería asestar un golpe de gracia a la causa marítima que todos los bolivianos enarbolamos al margen de los Gobiernos de turno.

El gobierno ha caído en una contradicción: primero, como lo mencionamos en un editorial anterior, criticó a la agencia ANF por haber distribuido una nota sobre el libro que una boliviana pretende publicar y que contradice la versión oficial de la demanda marítima. En su observación, la ministra de Comunicación, Marianela Paco, también criticó a Página Siete por haber reproducido esa información. En su  argumentación, dijo que los medios deben estar en consonancia con el "sentimiento del pueblo boliviano” de volver al mar, por lo que, a su juicio, nadie debería  dar espacio a opiniones diferentes de la oficial. Ello sería, dijo, muestra de "traición a la patria”.

Exactamente 48 horas después de pedir "consonancia” con el tema marítimo, y de anunciar que cualquiera que se desvíe de esa línea comete "traición a la patria”, el gobierno inició una campaña de desprestigio nada menos que contra el portavoz oficial de la causa marítima. Esa campaña ha provenido tanto de altas autoridades, como del Vicepresidente y  dirigentes menores  a raíz de un comentario favorable que realizó el expresidente sobre algunas medidas del primer gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, campaña que obviamente afecta a la imagen internacional del vocero de la causa marítima.

Entonces, ¿en qué quedó la necesidad de la "unidad” en torno al tema marítimo?  ¿No era que todos deben estar en sintonía con la demanda? Y si eso es cierto, ¿cómo el gobierno se lanza nada menos que contra el portavoz, la persona que le ha dado a la demanda una dimensión internacional y que los bolivianos atribuyen, según las encuestas, como uno de los gestores  del favorable fallo de La Haya?

Demostrando que no es verdad nada de lo que se ha dicho,  el Vicepresidente llegó a amenazar con cárcel a los expresidentes que autorizaron el uso de gastos reservados, incluidos Carlos Mesa y al agente ante La Haya, Eduardo Rodríguez, otra pieza clave de la estrategia boliviana.

¿Se imagina el lector la vergüenza internacional que sería el solo hecho de iniciar un proceso contra Mesa y Rodríguez, a meses del inicio de la fase de alegatos escritos del juicio? 

Esa sí sería una verdadera "traición a la patria”, afectar la credibilidad de quienes representan internacionalmente al país en un tema tan delicado, transcendente y decisivo como el marítimo. En Chile deben estar batiendo palmas tras las declaraciones de García Linera y los dirigentes que le hacen coro.

Obviamente,  cualquier persona, esté  o no en un puesto gubernamental clave, debe rendir cuentas de sus actos. Los gastos reservados si generaron mala administración y abuso en su utilización,  deben ser susceptibles de ser investigados. ¿Pero, por qué ahora, en esta coyuntura? En varias ocasiones este asunto ha salido a relucir, siempre con la intención de amedrentar e intimidar a los exmandatarios. Para demostrar su uso político, en 2011, el gobierno también mencionó el hecho, pero en ese momento dijo que estarían exentos Mesa y Rodríguez. 

Habrá que agregar, sobre este punto, que los gastos reservados, con todo lo negativo  que fueron, estaban previstos por ley . Y, en todo caso, se puede comparar la discrecionalidad y las presuntas irregularidades cometidas por las diferentes gestiones del pasado  con las  que rodean a la escandalosa utilización de  los recursos del Fondo Indígena  en la presente gestión (según denunció el Conamaq).

La clave de este asunto está, como se ha dicho, en que  Mesa es considerado, según las encuestas, como  uno de los autores del favorable fallo de La Haya, lo que ha hecho crecer la popularidad del exmandatario. Y ello ha generado incomodidad en el gobierno. No se explican de otra manera los ataques, pese a que Mesa había dejado en claro desde un principio que su apoyo a la causa marítima no le impedía ejercer su independencia en su análisis de la realidad nacional.

Con sus ataques, el gobierno es el primero en resquebrajar  la "unidad nacional” en torno a la demanda  marítima y sus gestores.

domingo, 10 de enero de 2016

Carlos Mesa vocero de Bolivia para el tema del MAR, puntualiza una vez más, que fue Chile que rompió relaciones diplomáticas y que Bolivia no ha variado un ápice al reclamar una "salida soberana al Pacífico" condición para sentarse a la mesa, que tiene dos agregados aguas del Lauca y aguas del Silala, integradas hoy a la reclamación global según Choquehuanca.

En 1978 Bolivia rompió relaciones con Chile por una sola razón, el incumplimiento por parte de Santiago de su promesa de otorgarle al país un acceso soberano al mar. (El 26 de noviembre de 1976 Chile bloqueó la negociación al negarse a considerar la contrapropuesta peruana al documento boliviano-chileno).
Desde 1978 a hoy los dos países hemos mantenido, con sus altos y bajos, una vinculación consular y un nivel de diálogo razonable sobre muchos temas de interés común. A nadie se le escapa que nuestros intereses comunes son muy importantes y que buena parte del comercio exterior de Bolivia pasa por territorio chileno, lo que exige una relación permanente. En consecuencia, no son cuestiones operativas ni la rutina del intercambio binacional ni la evidencia concluyente de nuestra vecindad, las que definen en este caso específico la lógica del restablecimiento de las relaciones diplomáticas.
La decisión tomada por el presidente Banzer en su momento respondía a una causa nacional y a una afirmación explícita ante la comunidad internacional. No tenemos relaciones porque hay temas pendientes entre ambos países. Mientras esos temas no sean abordados con la voluntad de resolverlos no se restablecerán los lazos diplomáticos.
En 2015 el presidente Morales expresó en más de una oportunidad su deseo de iniciar una negociación bilateral con Chile que busque una solución a nuestro enclaustramiento forzado, e impulsó la idea de que esa negociación tenga como piedra fundamental la reanudación de relaciones diplomáticas. Todo esto en el contexto de la vigencia de la demanda presentada por Bolivia ante la CIJ y el desarrollo del juicio hasta conocer un fallo definitivo. En el mismo periodo, el Gobierno de Chile ha insistido, más allá de los matices, en una posición. El canciller Heraldo Muñoz propuso restablecer relaciones pero expresó que hacerlo no implicaba una negociación para darle un acceso soberano al mar a Bolivia. En los primeros días de 2016 inopinadamente el embajador especial Gabriel Gaspar llegó a Bolivia para afirmar que quien rompió el diálogo entre los dos países fue Bolivia, e insistir en la ya manida frase de ofrecer “relaciones diplomáticas aquí y ahora”, con el añadido de las palabras “sin condiciones”. A las pocas horas, tanto el ministro Muñoz como el agente José Miguel Insulza minimizaron la visita de Gaspar. Curiosa visita sobre asuntos consulares en la que oficiosamente se ratifica la oferta chilena de reanudación de relaciones diplomáticas. La citada oferta, qué duda cabe, expresa la posición de La Moneda. ¿Cómo entenderla? Desde la óptica chilena, que Bolivia no condicione las relaciones a la solución de su enclaustramiento. Desde la boliviana, que Chile no condicione la reanudación de relaciones a no negociar nuestra soberanía.
El documento presentado por el canciller David Choquehuanca el 6 de enero define con claridad y sin equívocos la posición boliviana que debería cerrar un ir y venir de propuestas, que no hacen sino distraer y confundir a la comunidad internacional. Choquehuanca precisa que quien rompió el diálogo fue Chile y recuerda el último esfuerzo boliviano de activar la mesa de negociación en el acápite seis (el mar) de la Agenda de los 13 puntos acordada por los presidentes Morales y Bachelet. Entonces, el pedido boliviano se estrelló con la negativa del Gobierno de Sebastián Piñera. Corría 2010.
Pero lo esencial es que una eventual reanudación de relaciones debe tener como único objetivo resolver definitivamente las grandes cuestiones pendientes. La idea genérica y abstracta de un diálogo como objetivo no tiene sentido, porque Chile sabe perfectamente cuál es el nudo gordiano a resolver. El diálogo y la negociación son un medio, no un fin en sí mismo. Choquehuanca apunta que además del mar hay dos cuestiones de singular importancia: el desvío unilateral e inconsulto de las aguas del río Lauca que motivó la ruptura de relaciones en 1962, y el uso arbitrario de las aguas manantiales del Silala durante varias décadas.
Así, el debate genérico sobre quién tiene o no tiene voluntad de diálogo carece de sentido. No estamos a la caza de acciones simbólicas para la platea internacional, queremos la voluntad política y la buena fe indispensables para conseguir el objetivo de resolver esos problemas pendientes. Entendida de ese modo, la decisión de reanudar relaciones para dialogar no puede sino incorporar como elementos imprescindibles los tres asuntos citados y explicados por Choquehuanca.
En 2000 los ministros de RREE de ambos países, Javier Murillo y Juan Gabriel Valdez, habían acordado una agenda sin exclusiones, concepto mucho más adecuado para iniciar un camino constructivo entre ambos países que el de relaciones “sin condiciones”. Ese espíritu seguido en 2006 fue quebrado por Chile de modo radical a partir de 2010.
Si estas premisas para un diálogo bilateral no son comprendidas por Santiago, parece inevitable esperar el fallo de la Corte Internacional que será el producto de la evaluación de los méritos de los dos países litigantes.