Humberto Vacaflor Ganam
Las Fuerzas Armadas autorizaron, según dijo el ministro de Defensa, Reymi Ferreira, la existencia de milicias campesinas armadas, que hicieron su presentación formal el 7 de agosto en la parada cívico-militar de Achacachi.
Grupos de “Ponchos rojos” y de “Bartolinas” forman parte de este nuevo cuerpo armado que crea el Estado Plurinacional, un cuerpo que surge de pronto, igual que en Venezuela.
Ferreira, al anunciar la creación de este nuevo cuerpo armado, dijo a un medio impreso perteneciente al gobierno: “Hemos cambiado, de la estructura rígida y móvil, a la estructura de la guerra popular de todo el pueblo, que implica que ante cualquier agresión que sufra el país, en lugar de la guerra convencional, vamos a actuar la guerra de acción prolongada, esto implica una estrecha alianza con el pueblo boliviano. Acá (en el desfile) los civiles utilizarán las armas de las Fuerzas Armadas, hemos trasladado cantidad de militares además de su armamento que ellos puedan usar”.
Unas horas antes, el presidente Evo Morales había pedido a las Fuerzas Armadas, ahora reforzadas por las milicias campesinas, que le ayuden a defenderse del “imperio”. El Alto Mando, reforzado por las nuevas unidades, tendrá que actuar en consecuencia.
Es probable que el presidente, el ministro y los miembros del Alto Mando sepan que en Bolivia, según dice la constitución, las Fuerzas Armadas tienen el monopolio de las armas, por lo que se supone que hayan tomado las previsiones para hacer, en el Congreso, las reformas correspondientes, a fin de que las milicias armadas compartan ese monopolio.
Quizá eso suponga un pequeño problema administrativo, porque los comandantes militares deberán compartir las decisiones, y quizá sus reuniones de Alto Mando, con los representantes de las milicias recién creadas.
Un detalle que valdría la pena conocer es el presupuesto con que contará esta nueva fuerza armada, si su sistema de rangos será similar al de los militares o si tendrán algunas diferencias.
Será bueno saber cuánto ganará una “Bartolina” con rango superior: si se la igualará con el salario de un general, de una, dos o tres estrellas. Son detalles de la burocracia y la jerarquía militares que seguramente han sido resueltos por el ministro Ferreira.
Quizá convenga pedir al gobierno de Venezuela una copia del sistema que allí se aplica para la convivencia de militares con milicianos.
Grupos de “Ponchos rojos” y de “Bartolinas” forman parte de este nuevo cuerpo armado que crea el Estado Plurinacional, un cuerpo que surge de pronto, igual que en Venezuela.
Ferreira, al anunciar la creación de este nuevo cuerpo armado, dijo a un medio impreso perteneciente al gobierno: “Hemos cambiado, de la estructura rígida y móvil, a la estructura de la guerra popular de todo el pueblo, que implica que ante cualquier agresión que sufra el país, en lugar de la guerra convencional, vamos a actuar la guerra de acción prolongada, esto implica una estrecha alianza con el pueblo boliviano. Acá (en el desfile) los civiles utilizarán las armas de las Fuerzas Armadas, hemos trasladado cantidad de militares además de su armamento que ellos puedan usar”.
Unas horas antes, el presidente Evo Morales había pedido a las Fuerzas Armadas, ahora reforzadas por las milicias campesinas, que le ayuden a defenderse del “imperio”. El Alto Mando, reforzado por las nuevas unidades, tendrá que actuar en consecuencia.
Es probable que el presidente, el ministro y los miembros del Alto Mando sepan que en Bolivia, según dice la constitución, las Fuerzas Armadas tienen el monopolio de las armas, por lo que se supone que hayan tomado las previsiones para hacer, en el Congreso, las reformas correspondientes, a fin de que las milicias armadas compartan ese monopolio.
Quizá eso suponga un pequeño problema administrativo, porque los comandantes militares deberán compartir las decisiones, y quizá sus reuniones de Alto Mando, con los representantes de las milicias recién creadas.
Un detalle que valdría la pena conocer es el presupuesto con que contará esta nueva fuerza armada, si su sistema de rangos será similar al de los militares o si tendrán algunas diferencias.
Será bueno saber cuánto ganará una “Bartolina” con rango superior: si se la igualará con el salario de un general, de una, dos o tres estrellas. Son detalles de la burocracia y la jerarquía militares que seguramente han sido resueltos por el ministro Ferreira.
Quizá convenga pedir al gobierno de Venezuela una copia del sistema que allí se aplica para la convivencia de militares con milicianos.
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