A PURO AUTOGOL
Nunca, los diversos partidos que hemos disputado con Chile han estado
plagados de tantos autogoles. Las cosas
con nuestros vecinos, por momentos toman
cariz de pleitos de conventillo, desagradables discusiones dependiendo del
desequilibrio hormonal que de un lado y de otro, aqueje a los voceros de ambos
equipos.
Hay circunstancias, en que no solo hablan exaltados los titulares, sino que intervienen con una
ignorancia absoluta del reglamento, los
postergados suplentes desde el banquillo, sino, también cualquiera que subido a
la nube, se cree con la solvencia indispensable para exponer sus puntos de
vista como si fuera un verdadero experto. El resultado, autogoles que devienen
en verdaderos pleitos.
Luego de la presentación ante el Tribunal de La Haya, Bolivia no ha parado
de hacerlo. Para algunos que observamos, es incomprensible la belicosidad de
las posiciones, si a lo que aspiramos en que se nos dé la razón y Chile sea
obligado a sentarse a dialogar para lograr una salida soberana al Pacífico.
Todos entendemos que un triunfo pueda significar tener que bailar con el más
feo, pero nada bueno puede traer, recordarle día por medio lo desagradable que
nos resulta. No hay más, si vamos a intervenir en el baile de gala, nuestro
único acompañante será ese abominable ser. Y lo único que lograremos siendo tan
pendencieros, es que no pare de pisarnos los pies durante el tiempo que dure el
vals.
Los autogoles, provocan daños colaterales. Y nada se consigue pretender
demostrarle a los árbitros, que esos autogoles en realidad fueron provocados
por el contrincante. La huelga de aduaneros, no ha sido ordenado por el
gobierno chileno con el exclusivo objeto de hacerle daño a la boyante economía
nacional. Ni tampoco es la envidia que
los corroe. Allá como acá y en todo lado, los gremios toman decisiones
reivindicativas de sus derechos, sin importarles mayormente, quienes más se
puedan ver afectados. Esa extraña Fejuve que con un puñado de vecinos, bloquean
las calles con el supuesto objeto de oponerse a las normas, buscan de paso, perforar la lancha que precariamente hace navegar el alcalde opositor. Y ni hablar
de los amos y señores de las calles de las ciudades, los sindicatos de
transportistas que con tal de reventar a los opositores, revientan a toda la
población ante la sonrisa complacida de los oficialistas.
Se habla de empezar a transportar la carga boliviana por el Perú en el
famoso puerto de Ilo, que desde hace más de un cuarto de siglo solo se recuerda
en emergencias como la actual. Necesita
la construcción de un puerto de verdad si de barcos de gran calado se
habla. En este aspecto los chilenos
fueron más avispados y construyeron puertos para ser usados por los bolivianos,
lo que el Perú, no le vio el negocio. Y en estos 11 años de grandes e
inéditos ingresos estatales, algo podría
haberse hecho. Claro que si monumentos y museos de culto a la personalidad,
cientos de canchas de césped sintético allá donde no hay ni gente, palacios
como el inaugurado hace unas horas para regocijo de ministros y asambleístas ,
no hubiesen sido la prioridad egocéntrica, tal vez algo se hubiera avanzado. Ni
hablar de ponerle esfuerzo a Puerto Busch o incluso al de Rosario.
Pero los autogoles también los mete Chile. Dadas las circunstancias y
cuando los solemnes jueces del gran Tribunal Internacional, están mirando lo
que sucede en estas latitudes, bien pudieron hacer lo imposible para evitar que
cientos de transportistas bolivianos, tuvieran que pasar los días más helados y
ayunantes de su vida. Además, no sólo está la parte humana de este ajeno pero
matador conflicto, sino los cuantiosos daños económicos para nuestras exportaciones.
Porque no solo están las demoras, sino que frecuentemente, pierden los espacios
comprometidos en los cargueros. Este ha sido un autogol de tal potencia, que Chile,
también ha estampillado a su propio arquero al fondo de la red.
Cómo podríamos con cierto grado de objetividad, convencerlos que de seguir así,
será misión imposible granjearnos una
actitud menos negativa en nuestro futuros y seguros interlocutores. No es
momento de caprichos y de pulsetas para ver quién es más malo y vocifera más
alto. No se trata de que los jerarcas agachen
la cabeza y se vuelvan sumisos espectadores. Pero hay cosas que si se pueden
hacer y el iluminati vice presidente, podría aplicar aquello que tanto
respeta de Maquiavelo, eso de que el fin
justifica los medios. Y no se trata de victimizarse para que desde Holanda nos
miren más bonito y con conmiseración. Se
trata de ser más inteligentes.
Ladinos hay por montones. De esos nos sobran. Pero como andan trepados en
la omnipotencia y necia soberbia, ni consideran que no todo el mundo es
proclive a acceder a sus requerimientos, menos aún con imposiciones en razón al
sitial que creen se les ha asignado por decreto divino de los dioses. Bajen de
la nube si desean un aterrizaje más o menos suave. Porque bajar, van a bajar.
La ley de la gravedad no admite apelación ante ningún tribunal.
Karen Arauz
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