expone el pensamiento más actualizado del más que centenario problema de ser un país enclaustrado por el asalto de su territorio en una guerra no declarada por Chile. representa el vital reclamo por una salida al MAR
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domingo, 9 de agosto de 2015
El Dia utiliza un adjetivo suave "camorreros" a los que buscan problemas con Chile. ponen en peligro la Seguridad Nacional y especialmente echar por la borda la gestión.
Los analistas más prudentes y conocedores del tema marítimo coinciden que últimamente se han producido muchos aciertos en la demanda marítima, pero ellos mismos creen también que a lo mejor al gobierno se le está yendo la mano con los aires camorristas hacia Chile, algo que no deja de beneficiar al país vecino, que si de algo entiende precisamente es de peleas.
En Bolivia no solo hay espíritus exitistas y conflictivos, sino también electoralistas, que con el tiempo pueden convertirse en una angurria por perpetuarse en el poder que nos puede llevar a cosas peores.
A algunos podría parecerle descabellado pensar así, pero la historia está llena de casos como el de Leopoldo Fortunato Galtieri, el dictador argentino que tuvo la “brillante” idea de buscarle pleito a Inglaterra, con el único fin de salvar la agonizante dictadura militar.
Fue la Guerra de las Malvinas de 1982 que terminó en un desastre y centenares de muertos. Algo similar pasó con el bufón ecuatoriano Abdalá Bucaram y su colega Alberto Fujimori, hambrientos de poder y enfrascados en una guerra (Twinza 1995) que pudo llegar lejos pero que afortunadamente no se agravó gracias a la diplomacia internacional. Ya lo dijo alguna vez un mandatario muy conocido: “No hay que jalar tanto la pita”.
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