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domingo, 26 de marzo de 2017

Gastón Cornejo siempre genial, nos revela que la Presidenta Bachellet estuvo casada con un boliviano de Quillacollo de apellido Dávalos con quién tuvo dos hijos, uno "Sebastián Dávalos Bachellet hoy procesado por corrupción" una anécdota de cuando era estudiante en Santiago y "el contrabando".


LA ADUANA - LA BACHELET

Folklorismos nacionalistas - diría yo - cuando en el fondo de la olla de presión se cocinan ingredientes de mal sabor, atizando el odio ancestral de Portales, Baquedano y Sotomayor.

En el entredicho en la frontera debemos dar crédito a la afirmación oficial de que los aduaneros fueron capturados cuando decomisaban camiones de contrabando chileno. Pregunta Carlos Valverde ¿Qué de su equipo GPS? ¿Por qué se demoran Chile y Bolivia en presentar pruebas? ¿No se habrán puesto de acuerdo para enderezar su postura declinante?

La presidente de Chile asegura que son bolivianos delincuentes que pretendían robar nueve camiones en su territorio; eso es el colmo de la  desvergüenza. Pablo Neruda, Vicente Huidobro y Gabriela Mistral, saldrían por nuestros fueros y, la harían callar. De nuestra parte, se impone una defensa inmediata ante organismos internacionales de derechos humanos en aras del respeto a la dignidad nacional.

¿Y si fuera cierto? … entonces, a pedir ls disculpas necesarias y con toda humildad. Esta situación me recordó una experiencia personal. Universitario retornaba a la patria en el FC Antofagasta-Oruro, en tercera clase y perdido entre polleras abrigadoras. En la frontera de Uyuni, a media noche, pasaban los aduaneros bolsa en mano solicitando coima. Me llamó la atención el reclamo de muchos pasajeros que entregaban zapatos, discos, relojes; se trataba de contrabandistas consuetudinarios. Alguien se quejó porque había regalado ropa el mes pasado.  A mi turno, molesto, dije que era estudiante y que no tenía mercadería alguna para calmar el apetito aduanero. Horas más tarde, los agentes oficiales de la Aduana Nacional dirigieron su investigación a mi equipaje, exigían muestre el contenido de mi única maleta cuasi vacía. Rechacé la orden negándome a abrirla. La situación concluyó en forcejeos y amenazas. Gané en la pulseada y prometí denunciarlos al llegar a Oruro, no hubo a quién. Luego de medio siglo, ante una situación que se repite, similar y de altísimo costo, tampoco puedo cumplir mi amenaza. En cambio, cuando adquirí una colcha de vicuña para abrigar la osamenta del frío invierno santiaguino, la aduana chilena no permitió su ingreso pero la guardaron varios meses; al retorno me fue devuelta con absoluta honestidad. Esa fue la diferencia de moralidad entre funcionarios de los dos países. El camión que cruzaba por otra ruta ajena a Tambo Quemado llevaba contrabando delincuencial, como sucedió en Pando.

Bachelet, la dama del improperio respira por la herida. Divorciada de un boliviano nacido en Quillacollo de apellido “Dávalos”, con quien tuvo dos hijos; uno de los cuales, Sebastián, se encuentra en proceso por corrupción y tráfico de influencias, comprometió a su señora madre, a su esposa  y a su hermanita.

Existía un gran poeta chileno, Fernando Alegría, que escribió el hermoso poema ¡Viva Chile Mierda! La palabra allí tiene una connotación natural, peyorativa en Bolivia. La mandataria, a quien visité una mañana, me recibió cordialmente con gesto americano, ahora tiene la enfermedad mental del olvido familiar, el Alzhéimer político, olvidó que por la sangre de sus hijos corre sangre boliviana. Pensando en Eulogio Dávalos Llanos, primo hermano del procesado, también nacido en Chile pero esencialmente boliviano y considerado hermano mío, pensando en los compatriotas retenidos, yo exclamo al oído de su excelencia: ¡Viva Bolivia M…!

Gastón Cornejo Bascopé

Cochabamba, marzo 2017

 

 

He aquí una descripción poética de Chile en versos del poeta Fernando Alegría. Escritor, crítico literario y diplomático chileno.  1918-2005.

 



Libros: Allende- Caballo de copas. Lautaro

 

 

 

 


 

¡Viva Chile Mierda!

(Letra: Fernando Alegría , Música: O. Pérez Freire)

 

Cuando al alba sale el huaso a destapar estrellas
y, mojado de rocío, enciende el fuego en sus espuelas
cuando el caballo colorado salta la barra del mar
y se estremece el lago con una lenta bruma de patos,
cuando cae el recio alerce y en sus ramas cae el cielo:
digo con nostalgia ¡VIVA CHILE MIERDA!

Cuando el buzo ilumina su escafandra
y las ballenas se acercan a mamar en el vientre de las lanchas
cuando cae al fondo del océano la osamenta de la patria
y como vaca muerta la arrastra la ola milenaria
cuando explota el carbón y se enciende la Antártida:
digo, pensativo, ¡VIVA CHILE MIERDA!

Cuando se viene el invierno flotando en el Mapocho
como un muerto atado con alambres, con flores y con tarros
y lo lamen los perros y se aleja embalsamado de gatos
cuando se lleva un niño y otro niño dormidos en su escarcha
y se va revolviendo sus grises ataúdes de saco:
digo enfurecido ¡VIVA CHILE MIERDA!



cuando en noche de luna crece una población callampa
cuando se cae una escuela y se apaga una fábrica
cuando fallece un puerto en el Norte y con arena lo tapan
cuando Santiago se apesta y se oxidan sus blancas plazas
cuando se jubila el vino y las viudas empeñan sus casas:
digo cabizbajo ¡VIVA CHILE MIERDA!

Me. pregunto de repente y asombrado, por qué
diré Viva Chile Mierda y no Mier... mosa Patria?

quizás en mi ignorancia repito el eco de otro eco:


¡Viva! dice el roto con la pepa de oro entre los dedos
¡Chile! dice el viento al verde cielo de los ebrios valles
¡Mierda! responde el sapo a la vieja bruja de Talagante


¿Qué problema tan profundo se esconde en las líneas de mi mano? ¿Es mi país una ilusión que me sigue como la sombra al perro? ¿No hay Viva entre nosotros sin su Mierda, compañeros?

la una para el esclavo, la otra para el encomendero
la una para el que explota salitre, cobre, carbón, ganado
la otra para el que vive su muerte subterránea de minero.

Y como penamos y vivimos en pequeña faja de abismo
frente al vacío alguien gritó la maldición primero.

¿Fue un soldado, herido en la batalla de Rancagua?
¿Fue un marino en Angamos? ¿Un cabo en Cancha Rayada?
¿Fue un huelguista en La Coruña? ¿Un puño cerrado en San Gregorio?
¿O un pascuense desangrándose en la noche de sus playas?

¿No cantó el payador su soledad a lo divino
y a lo humano se ahorcó con cuerdas de guitarra?
¿No siguió al Santísimo a caballo y a cuchillás mantuvo al diablo a raya?

¡Ah!, qué empresa tan gigante para destino tan menguado.
Entre nieve y mar, con toda el alma, nos damos contra un rumbo ya tapiado,

por consecuencia, en la mañana cuando Dios nos desconoce,
cuando alzado a medianoche nos sacude un terremoto,
cuando el mar saquea nuestras casas y se esconde entre los bosques,
cuando Chile ya no puede estar seguro de sus mapas
y cantamos, como un gallo que ha de picar el sol en pedazos,
digo, con firmeza, ¡VIVA CHILE MIERDA!

Y lo que digo es un grito de combate
oración sin fin, voz de partida, fiero acicate
espuelazo sangriento con las riendas al aire
galopón del potro chileno a través de las edades
es crujido de capas terrestres, anillo de fuego,
vieja ola azul de claros témpanos pujantes.

País - Pájaro, raíz vegetal, rincón donde el mundo se cierra,
quien lo grite no tendrá paz, caerá para seguir adelante.

Y porque de isla en isla, del mar a la cordillera,
de una soledad a otra, como de una estrella a otra estrella,
nos irá aullando en los oídos la sentencia de la tierra:
digo, finalmente, ¡VIVA CHILE MIERDA!

…………………………………………………………

 

CONFESIÓN DE ANTIGUA Y PERMANENTE QUERENCIA

 

Oh, cuánta sustancia poética emerge del alma de Fernando Alegría en su consagrado poema.

 

En la alegre juventud, estudiante de medicina, visitaba el cerro negro en Santiago a cuyos pies vivían la gente miserable entre calaminas y raídas arpilleras. Allí atendía a los callampas en las poblaciones subhumanas, fumigando a los niños con gamexano de su sarna colegial.  Entonces aprendí la significación de la pobreza, también la belleza de la poesía expresiva de Fernando Alegría y Pablo Neruda, el mensaje pictórico de Venturelli y el compromiso social de Luis Emilio Recabarren.

 

Logré esculpir en mi interioridad la adhesión cultural que secundó mi admiración y el amor genuino al pueblo de Chile. Recité sus poesías.

 

Médico, entregué mi profesión a los mineros de Tal Tal, en el norte grande de Elías Lafferte. Seguí recitando a Pablo, a Fernando, a Gabriela, mientras angustiado amputaba miembros malheridos, triturados por los vagones del tren salitrero en la pampa.

 

Asistí con unción de poeta comunista a la exhumación de Pablo y  de Matilde y, en su honor, recité emocionado Patria, mi Patria, frente al mar de Isla Negra.

 

 Seis decenios distante de sus playas cual hijo pródigo vuelve mi corazón a sus raíces,  el sentimiento permanece intocable.

En el Senado me cupo asistir a la Agenda de los 13 puntos. Mar para Bolivia con soberanía. El bofedal del Silala. Compartí diálogo fraternal con mis pares chilenos.

 

Mas el alma herida con la historia del 79, sangra, sin jamás restañarse.

 

Con el mismo ritmo y la entonación de antaño, vuelvo a recitar ¡VIVA CHILE MIERDA! Y el amor a la tierra y al pueblo de Pablo, de Gabriela, de Vicente y de Fernando, renace con toda la nostálgica espiritualidad y la vibración sensible del cultivado afecto.

 

Gastón Cornejo Bascopé

Marzo 2017

 

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