Luego de la guerra del Pacífico, que Bolivia perdió todo su Litoral, se han presentaron varias oportunidades, que el historiador Wálter Montenegro las denominó “perdidas”, tendentes a lograr un acceso soberano al mar. El tema que llama la atención y desconcierta por cierto, es que a medida que han pasado los años, las nuevas propuestas chilenas de solución al problema marítimo boliviano, han ido disminuyendo a igual que las expectativas bolivianas, y cada vez Chile ofrece menos a Bolivia y exige mayores condiciones. El tema es claro, hasta antes de la negociación de Charaña 1975, a ningún gobierno chileno se le ocurría pedir a Bolivia una compensación territorial por la cesión soberana a una salida al mar. Más bien, luego de la guerra del Pacífico, Chile ofrecía a Bolivia una costa marítima, como compensación por haber sido privada de Antofagasta, de Litoral y de su mar territorial.
En ese contexto, el canciller chileno Domingo Santa María, en noviembre de 1879 escribía “No olvidemos por un instante que no podemos ahogar a Bolivia. Privada de Antofagasta y de todo el litoral que antes poseía hasta el Loa, debemos proporcionarle por alguna parte un puerto suyo, una puerta de calle, que le permita entrar al interior sin zozobra, sin pedir venia. No podemos matar a Bolivia”.
Durante el gobierno chileno de Jorge Montt, en mayo de 1895, el presidente Mariano Baptista, negocia y firma un Tratado con Chile de Transferencia de Territorios, que establecía que si Chile obtenía los territorios de Tacna y Arica, como resultado del plebiscito acordado en el Tratado de Ancón de 1883 con Perú, los cedería a Bolivia y en caso de no obtenerlos, entregaría a Bolivia la caleta Vítor hasta la Quebrada de Camarones u otra análoga. El parlamento chileno aprobó con la mayor prontitud este Acuerdo, pero no sucedió lo mismo en Bolivia, los parlamentarios liberales presentaron objeciones y pidieron un protocolo aclaratorio. Fueron los mismos liberales que firmaron posteriormente el Tratado de 1904
Por otra parte, como señala Jorge Escobari Cusicanqui, Chile aceptó la propuesta del Secretario de Estado americano, Frank B. Kellog, quien en noviembre de 1926, a fin de solucionar la controversia peruana- chilena, propuso de que las provincias de Tacna y Arica pasaran a formar parte a perpetuidad del patrimonio geográfico de Bolivia. Por acuerdo de los tres países, Chile, Perú y Bolivia, Arica se convertiría en Puerto Libre.
Como no podía ser de otra manera, la mejor gestión se logró con el destacado diplomático Alberto Ostria Gutiérrez, quien intercambió con el Canciller chileno, las célebres Notas de 1 y 20 de junio de 1950, Ostria Gutiérrez- Wálter Larraín. En dichas notas, Chile aceptaba llevar a cabo “una negociación directa destinada a buscar la fórmula que pueda hacer posible dar a Bolivia una salida propia y soberana al océano Pacífico y a Chile obtener compensaciones que no tengan carácter territorial y que consulten efectivamente a sus intereses”. La negociación se refería a una salida soberana al mar mediante un corredor al norte de Arica. Esta negociación se truncó debido a que no se llegó a un acuerdo en el tema de compensaciones.
El compromiso chileno asumido por las notas de 1950, fue ratificado en julio 1961, por el Memorándum, entregado a la Cancillería boliviana por el Embajador chileno en La Paz, Manuel Trucco.
Y llegamos a la negociación de Charaña de 1975 de los generales Banzer y Pinochet, la más ampliamente difundida y conocida. Oportunidad en la cual Chile ofrece a Bolivia un corredor al norte de Arica. El litoral comprendía ocho kilómetros de costa. La compensación boliviana sería un canje territorial y más una compensación territorial por el mar territorial que Bolivia recibiría. Acordándose luego de negociar a tres millas. “Casi cero” manifestó un actual historiador boliviano.
La política chilena desde Charaña es muy clara, otorgar a Bolivia un corredor soberano al norte de Arica, y recibir a cambio una compensación territorial. Cuidado que la próxima propuesta chilena sea un enclave con soberanía en el mismo corredor, para no dificultar la actual vecindad de Tacna y Arica.
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