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lunes, 14 de enero de 2013

reivindica Gastón Cornejo el tema marítimo. se refiere al libro "El Mar de Bolivia" de Cástulo Martínez varias veces citado en este blog y critica con dureza "los secretos peligros" que maneja DIREMAR para ejecutar acciones oficiales en pro de la reivindicación y que se maneja a su arbitio. instructivo como siempre el texto del ex-senador

Los acontecimientos vienen dándose rápidamente al iniciar otro nuevo año 2013, y cuando faltan pocos días para evocar nuevamente con dolor ciudadano la infausta y alevosa invasión chilena al Puerto de Antofagasta sucedida el 14 de febrero de 1879, transcurren 134 años de ese suceso de violencia criminal que desató la injusta y trágica Guerra del Pacífico, origen del enclaustramiento a la que nos sometió el hermano pueblo araucano. Caín quitándole la vida a su hermano Abel, no con arma doméstica sino bien pertrechado, defendiendo intereses foráneos y lo que es lamentable para la historia nacional, con la complicidad de malos bolivianos denunciados por el historiador Hugo Roberts Barragán en su libro: “La Gran Traición en la Guerra del Pacífico”.

Otros malos compatriotas cuya nómina debe conocerse de memoria fueron los firmantes del Tratado de 1904 que sellaron el enclaustramiento. Ahí nombro con todo honor a Tomás O’Connor d’Arlach representante senador por Tarija que abominó tal propósito negando su firma en el rodillo parlamentario liberal durante el gobierno de Ismael Montes. Evoco el Tratado del Silala en borrador firmado por el vicecanciller Hugo Fernández y su homólogo chileno. A propósito de rodillo, en contexto actual, aplaudo a Rebeca Delgado su independencia y dignidad ante el oscurantismo y el despropósito legislativo aunque también como ex senador de Bolivia repudio con silbidos la aprobación de la Ley 220 contra el TIPNIS, contraria a la anterior 180. Por similitud, nadie perdonará a los traidores del Parlamento de 1904. 

Retorno a la pérdida del Litoral. Tengo en las manos el libro “El Mar de Bolivia” del historiador chileno Cástulo Martínez que concede razón a nuestros reclamos y derechos de reivindicación marítima, pero tiemblo ante la perspectiva de profundizar nuestra situación crítica frente a una deficiente, arbitraria, inexperta e improvisada defensa; podemos sellar definitivamente el mal paso de 1904 pues la resolución del alto Tribunal es vinculante y además inapelable.

En torno a este importante problema que atinge a todos los bolivianos, en la Sociedad de Geografía, Historia y Estudios Geopolíticos de Cochabamba, que el Dr. Hugo Bilbao la Vieja y el suscrito pretendemos reactivar, nos hemos enterado mediante internet de la asistencia oficial de la Delegación boliviana ante la Corte Internacional de Justicia en calidad de veedor en el diferendo que sostiene Perú contra Chile sin que el pueblo boliviano tenga conocimiento a cabalidad de todos los pasos que Diremar está efectuando oficialmente. A juicio de la Sociedad debieran darse a conocer a la opinión pública nacional oportuna y eficazmente; se informan solamente un reducido grupo de ciudadanos. 

Diremar rechazó la oferta de publicar el libro de Cástulo Martínez, regaló 14.200 libros a los colegios fiscales, socializó en Barcelona la demanda marítima, usurpó funciones de la Cancillería sobre el potenciamiento armado de Chile, accedió a todos los escritos del diferendo sin socializarlos, apenas informó que el abogado del Perú Michael Wood, hizo referencia a la propuesta peruana presentada a Bolivia y Chile durante las negociaciones de “Charaña” en 1976, denunciando que el mapa original que Perú presentó a Bolivia y Chile, ha sido distorsionado para ser presentado como argumentación ante la Corte Internacional de Justicia, así como la existencia de otras distorsiones. Basta de secretos peligrosos. Todo el pueblo debe dar su consentimiento informado y comprendido preservando la dignidad histórica. 

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