A raíz de los entredichos entre los presidentes de Bolivia, Sr. Evo Morales y de Chile Sr. Sebastián Piñera en relación al problema marítimo, máxima aspiración boliviana de retornar al mar, se han propuesto un sinnúmero de posibles soluciones, cada cual más imposible de hacerse realidad, no solo por el capricho constitucional chileno que tiene en su haber ser el culpable de la mediterraneidad boliviana, si no por su inoperancia. En ese sentido se ha publicado en los medios una “solución” sui géneris que por su rareza puede ser calificada de cómo “hacer que los bolivianos se distraigan con ella y se olviden del problema marítimo”. En efecto la dicha solución planteada por tres destacados profesionales chilenos hace ya catorce años dice en resumen que el área marítimo reclamado por Perú en la Corte Internacional de La Haya y que se encuentra pronto a dictaminarse por la Corte, sea un área marítima destinado a Bolivia donde ella construya una isla y un puerto, ambos con soberanía y que para llegar a ella, Bolivia construya un túnel siguiendo la línea de la Concordia que es actualmente la línea fronteriza entre Perú y Chile y que por ello la soberanía de ambos países no sería afectada ya que el túnel albergaría una línea ferroviaria y una carretera de dos vías. El túnel desembocaría en la isla artificial construida con el desmonte del túnel.
Con esta solución “salomónica” se desterraría para siempre las reclamaciones bolivianas sin afectar a Perú y mucho menos a Chile. Al respecto, un simple análisis rápido nos muestra que tal propuesta hecha por tres distinguidos profesionales chilenos que no dicen a qué rama pertenecen, es absolutamente inviable por las siguientes razones: Para la construcción de un túnel que siga la línea de la Concordia se limita su desarrollo a la misma distancia de la línea fronteriza con una pendiente que va desde los cuatro mil metros sobre el nivel del mar a menos veinte debajo de él aproximadamente de lo cual resulta que la pendiente del túnel sería tan grande que incluso un tractor de orugas no podría desplazarse sin exagerada dificultad, mientras que una vía férrea tiene como máxima pendiente permisible un dos a tres por ciento. Luego de muchas otras razones como la ventilación que tendría que ser mediante chimeneas que tendrían que salir a la superficie de ambas naciones limítrofes alterando su soberanía que tanto cuida Chile. En fin, muchos otros problemas que son imposibles de solucionar en esas condiciones, por ello esta propuesta chilena parece haber sido hecha por profesionales en ciencia ficción y no por ingenieros, lo cual nos obliga a los bolivianos a pensar que son una verdadera burla al conocimiento y la inteligencia.
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