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viernes, 22 de marzo de 2013

personalmente me habría gustado "un documento sobre el Mar como Política de Estado" la explicación de Evo y posterior ratificación de Paz Zamora dejan sabor a poco, pero "algo es algo" y OPINION de congratula del encuentro presidencial

El encuentro de expresidentes democráticos con el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, convocado para analizar el tema marítimo y la demanda que nuestro país tiene, desde hace 134 años, con su vecino Chile para lograr una salida soberana al Pacífico, ha marcado otro paso histórico significativo respecto a la estrategia marítima boliviana.

Un encuentro de esta naturaleza tiene doble significación. Por un lado, demuestra a Chile y a la comunidad internacional que la demanda sobre el mar y el derecho que tiene Bolivia de reclamar lo que le corresponde, su salida soberana a sus costas en el océano Pacifico, como una conjunción de pensamiento y de acciones.

Al respecto, los expresidentes democráticos son representantes de diferentes corrientes de pensamiento político e ideológico, como corresponde a todo sistema democrático y el mandato que ejercieron devino del voto popular. Es decir que su presencia en una reunión para analizar el asunto más sensible que tiene Bolivia, como es el tema marítimo, expresa una representación poblacional genuina e indiscutible del sentimiento de los bolivianos.

Por otra parte, plantea un escenario adecuado para adoptar definiciones en la estrategia marítima boliviana y así se ha hecho cuando los expresidentes decidieron ayer impulsar la demanda marítima de retorno soberano al Pacífico, como una política de Estado.

En esta línea de acción quedan atrás las diferencias ideológicas, partidarias y de gobiernos, para mantener una estrategia ante cualquier gobierno de Chile. La presencia de excancilleres, que acumulan experiencias y conocimiento en materia internacional es también significativa, en momentos en que el asunto marítimo boliviano cobra preponderancia internacional en diferentes foros internacionales.

En este sentido Bolivia muestra coherencia en sus actos relacionados con la demanda marítima y más allá de lo que algunos puedan considerar un efectismo político está el pensamiento de los bolivianos, que se debe expresar en acciones pacíficas pero rigurosas para que la comunidad internacional tome conciencia, cada vez más y de manera progresiva, sobre lo que reclaman los bolivianos como un derecho que no puede ofrecer concesiones circunstanciales ni renunciamientos.

Mientras el presidente Morales, los expresidentes y excancilleres analizaban el asunto marítimo en un escenario de reflexión y unidad, desde Chile alguien daba una coz incomprensible y, nuevamente, contradictoria a las proclamas de diálogo, tantas veces expresadas por sus altos mandatarios y nunca cumplidas por sus gobiernos, desde hace 134 años. 

El ministro chileno del Interior, Andrés Chadwick decía, al referirse al Día del Mar, que se conmemora este sábado 23 de marzo en nuestro país, que “ellos (los bolivianos) celebren lo que quieran celebrar, incluso lo que no tienen”. El jefe de gabinete del presidente chileno, Piñera, parece que con grotesca ironía, expresaba las contradicciones de un Gobierno que ha perdido el rumbo de las negociaciones, del mentado diálogo con Bolivia y cuya política internacional ya es errática y descontrolada.

Este 23 de marzo, más allá del discurso improvisado y ofensivo que La Moneda insiste en difundir de manera mediática y también en circunstancias oficiales, en Bolivia como siempre y ahora mucho más, persiste como algo irrenunciable, fuera de posturas sentimentales, la certidumbre del reclamo sobre un derecho y de una demanda, ante Chile y ante el mundo.

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