Mirar hacia adelante
Mauricio Aira
”Eso de la
victoria da derechos, no va más” ha sido uno de los conceptos del flamante
Embajador Plenipotenciario de Bolivia ante los Tribunales Internacionales. El nombramiento del Jefe de Estado en la
persona de Eduardo Rodríguez Veltzé sorprendió gravemente hace pocas horas, en
razón del prestigio de que goza el ex presidente de la Corte Suprema de
Justicia y de la República de Bolivia, condición que difícilmente alcanza un
ciudadano de haber presidido dos de los tres órganos del poder público.
La
designación por un D.S. y a cargo del
propio Evo Morales, con toda la solemnidad en el Palacio de Gobierno, hace vez
la importancia que le asigna el Ejecutivo a la elevada función que ejercerá el
Dr. Rodríguez como Agente Especial ante la Corte de La Haya por una salida
soberana al Océano Pacífico y la nulidad
del Tratado llamado de Paz y Amistad con Chile suscrito en 1904 por el que
Bolivia cedió los 560 kilómetros de costa con que nació el 6 de agosto de 1825
y resultado de la llamada Guerra del Pacífico iniciada con el sorpresivo
desembarco de tropas chilenas el 14 de febrero de 1879.
Bolivia
jamás aceptó la invasión de su territorio. Todavía con el fragor de las
batallas a los pocos meses de aquel aciago día empezó sus protestas, las que
han sucedido ininterrumpidamente, se puede afirmar, que no pasó un solo año y
suman 134 sin reclamar y protestar por la injusticia cometida por el invasor prevalido
de la fuerza pública y la superioridad de las armas. No es intención de este
texto repasar la historia, el doloroso calvario que Chile trató de amenguar
apuntando previamente “el reconocimiento de dominio absoluto y perpetuo de
Chile marcado por el Pacto de Tregua”con
la construcción de un ferrocarril Arica El Alto, otros tramos que allí se
especifican y el pago de 300 mil libras esterlinas, “reconociendo a favor de
Bolivia el más amplio y libre derecho de tránsito comercial por su territorio y
puertos del Pacífico”
Rafael
Bustillo fue el primer plenipotenciario
nombrado por el Presidente Morales ante el Gobierno de Chile. Ilustre potosino tenía a su haber experiencia
de ministro de Belzú, canciller de Achá. A sus 58 años vivía en Sucre
combinando la producción en Ñucchu y la capital, aunque con gran vocación de
seguir sirviendo a su patria. Roberto Querejazu Calvo en sus “aclaraciones
históricas sobre la Guerra del Pacífico” describe con lujo de detalles la muy
difícil tarea de defender ante La Moneda los intereses de Bolivia. Chile con
olor de pólvora en sus manos, extendía su dominio, expandiendo sus pretensiones
desde Antofagasta a Arica, mientras el diplomático apelaba a todos los medios
para detener el paso del agresor, aunque sin éxito. Chile venció en el terreno
jurídico como lo había hecho en el campo de las armas. Por ello cuando el nuevo
Ministro Plenipotenciario Rodríguez Veltzé proclama “la victoria no da
derechos” es que apunta al núcleo del concepto dominante, que ha justificado
hasta ahora el atropello.
Vivimos encerrados.
¿Por qué entonces no podemos recuperar
ni una mínima parte para mejorar nuestro comercio exterior, y competir con
quienes tienen costa marítima? Es una historia que hiere el sentimiento
boliviano, es que es la fatalidad o los errores de ciertos personajes que
manejaron el tema, olvida Chile que del territorio usurpado brotó su progreso
con la riqueza de nuestro Litoral, según lo documenta Juan Pereira Fiorilo
quién ofrece una historia económica comparada Chile Bolivia y un inventario del
arsenal chileno, de sus 85 mil hombres en armas y 160 mil en la reserva, 30 mil
carabineros, 146 tanques, proyectiles teledirigidos, de sus 3 submarinos, 30
unidades de fuerza naval y de sus 70 aviones de combate reforzados (Pereira
Fiorilo ofrece datos del 2001, cifras que se habrán reforzado al menos en 10%)
Rodríguez
Veltzé ha reconocido que su labor será compleja, que el pasado debe quedar
atrás y que se requiere mirar adelante. El plenipotenciario asume con el
respaldo y la esperanza de toda la comunidad boliviana. Satisface contar con su
honestidad, capacidad profesional, su prestigio y su visión de ejercitar una
misión encaminada a la Paz, a la comprensión y a los nuevos códigos de Justicia
Internacional. En buena hora.
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