Existe en la historia boliviana un gran error que todos los historiadores nacionales y extranjeros han cometido y cometen al propalar una falsedad que únicamente beneficia al usurpador araucano que se vanagloria al pregonar en su historia que Chile ha ganado una guerra derrotando a Bolivia y reconquistando el “despoblado de Atacama”.
En el asalto chileno de 1879 al Litoral boliviano y en particular al puerto marítimo de Antofagasta y apoderarse en absoluto del total de la costa boliviana no hubo ninguna guerra, ya que el Ejército boliviano no puso ninguna resistencia bélica por la sencilla razón de que en ese momento histórico, no tenía ni siquiera una “escuadra” de soldados en el Litoral y la única acción defensiva boliviana la realizó el ciudadano nacional Don Eduardo Abaroa en el puente del Topater donde ofrendó su vida junto a un grupo de ciudadanos bolivianos mártires del asalto chileno de diez contra uno el 23 de marzo de 1879.
Simultáneamente el Ejército chileno apoyado con su Armada procedió a ocupar todo el Litoral boliviano, sin disparar un solo tiro, hasta llegar a la frontera peruana; por lo tanto, la real verdad es que el asalto chileno fue un verdadero despojo con premeditación y alevosía digno de sancionar como un flagrante delito con todos los agravantes que la Ley Internacional reconoce y condena; por ello es de necesidad impostergable que sin demoras ni dudas de complejos de inferioridad el Estado boliviano en nombre de su encadenado pueblo y de la nación boliviana, prepare con diligencia intelectual y patriótica una demanda contra Chile ante la Corte Internacional de la Haya, en la cual se demuestre sin lugar a dudas de que Chile despojó a la República de Bolivia del total de sus costas marítimas y de su territorio comprendido en el departamento del Litoral mediante un acto de piratería contra un pueblo desguarnecido, pacífico en plena lucha contra una hambruna que se desató tras varios años de sequía. Y demostrar históricamente, con documentos valederos la propiedad boliviana del desierto de Atacama, desde el incanato, la colonia y la República, para desvirtuar la mentira histórica chilena de que el “despoblado de Atacama” fue chileno y que el asalto araucano al Litoral boliviano fue para reconquistar para Chile la usurpación boliviana del Atacama y que por ello hubo la “Guerra del Pacífico”, guerra que jamás existió y que mas bien fue una usurpación chilena con una acción de piratería en masiva invasión a un país pacífico y desarmado.
Para la confección de la demanda, se debe conformar un excelente equipo de historiadores, de geógrafos, de geopolíticos, de abogados internacionalistas y de diplomáticos experimentados, pues de otra manera, como se ha formado priorizando la condición de partidarios del partido oficial; no se elucubrará jamás una verdadera demanda exitosa a pesar de que Bolivia tiene toda la razón. Y como se dijo oficialmente: “Es una cosa muy difícil y tardará unos cuatro años”, parece que el complejo de inferioridad frente a Chile aún pesa sobre gran parte de los bolivianos, por ello nos permitimos llamar a la conciencia nacional de que no debemos jamás dejarnos llevar por la propaganda subliminal que Chile ejerce hábilmente para hacernos sentir como inferiores en todo sentido al comparar las virtudes y los defectos entre los habitantes de ambas naciones y, por ello, debemos todos los bolivianos estar seguros que a pesar de la desventaja de estar encerrados por Los Andes por culpa de la usurpación chilena, somos un pueblo valiente que tarde o temprano llegaremos a liberar nuestras costas marítimas, hoy cautivas.
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